La deconstrucción de la noche

En las horas en las que la luz natural va desapareciendo poco a poco, las lámparas de las calles brillan con más intensidad y el silencio se apodera de la ciudad, aparecen otros mundos que apenas inician su jornada. Para muchos la noche es sinónimo de descanso, de tranquilidad y de sueños. Para otros es el escenario donde la vida sigue latiendo. Donde el deber, la necesidad o la pasión los mantiene despiertos. Es en ese cambio de iluminación donde la ciudad adopta otro ritmo, menos visible pero igual de activo, y demuestra que no todo se apaga cuando la oscuridad aumenta. 

La vida nocturna, aunque imperceptible para muchos, mantiene dinámicas fundamentales para Manizales. La movilidad, la economía, la salud, la seguridad y el entretenimiento se transforman bajo el manto de la noche donde aparecen fenómenos que merecen ser observados y comprendidos.  

¿Peligrosa? La noche en cifras desmiente el mito

Manizales se transforma cuando llega la noche, cambia el ritmo, se alternan los escenarios y aunque no faltan los riesgos, las cifras oficiales muestran que estos son menores durante el día. Según datos suministrados por la Policía Metropolitana de Manizales, se registran en promedio siete delitos cada noche entre las 7:00 pm y las 6:00 am frente a los 18 que ocurren durante el día. Esta diferencia sugiere que el imaginario colectivo sobre la inseguridad nocturna no siempre se ajusta a la realidad estadística. 

No obstante, esa tranquilidad no se distribuye de forma homogénea. Sectores como el Centro, El Cable y la Galería presentan mayor concentración de hechos delictivos durante la noche. Esta correlación responde a la alta actividad comercial y de ocio que persiste en estas zonas, donde la vida nocturna se extiende hasta altas horas, generando contextos propicios para situaciones de riesgo. Esta dinámica representa un reto constante para las autoridades en términos de vigilancia y control.  

Frente a este escenario, la respuesta institucional se estructura a partir de estrategias focalizadas. La intervención Toma Localidades, activa entre lunes y jueves en horario de 6:00 pm a 10:00 pm, y los patrullajes del grupo de reacciones, con cobertura extendida hasta la medianoche durante los fines de semana forman parte del despliegue operativo. Asimismo, los controles sobre establecimientos nocturnos, especialmente en los horarios de pre cierre y cierre (8:00 pm a 4:00 am, viernes y sábado), buscan regular la actividad comercial y prevenir alteraciones del orden público.

Adicionalmente, la ciudad cuenta con patrullas permanentes 24/7 incluyendo auxiliares de información y supervisores de servicio que buscan mitigar comportamientos contrarios a la convivencia y la prevención de delitos. Estas figuras cumplen un rol clave no solo en la reacción ante delitos, sino también en la prevención y la promoción de la convivencia. Así, mientras muchos disfrutan la noche, otros trabajan para que esa tranquilidad, aunque relativa, no se pierda entre las sombras. 

Una noche más allá de la fiesta

No todo en la noche gira en torno al control y la vigilancia. Manizales, en medio de su clima templado y su geografía montañosa, también da a entender que la oscuridad no es sinónimo de encierro. Al contrario, la ciudad le apuesta a habitar la noche desde lo cultural y lo comunitario.  

De esa intención nace la Gerencia de la Noche, una oficina creada para diseñar estrategias, programas y proyectos que fortalezcan los aspectos positivos de la vida nocturna y mitiguen sus riesgos. Su enfoque va más allá de la rumba, incluye el turismo, la movilidad, la gastronomía, el deporte y el arte.  

“La Gerencia de la Noche busca fortalecer todos los aspectos positivos de esta y mitigar las externalidades negativas. Queremos ver cómo se puede aprovechar en turismo, economía, deporte y cultura”, explica Manuela Ramírez Ortiz, gerente de la dependencia. 

La iniciativa más emblemática es el programa Manizales Nocturna, que va más allá del entretenimiento, buscando transformar las noches en espacios seguros para el disfrute colectivo a través de actividades como ciclo paseos, carreras urbanas, talleres, presentaciones y ollas nocturnas con comida tradicional. En paralelo, el programa Buenas Noches, que también se mantiene activo desde el inicio de este año, continúa brindando apoyo a 100 niños cuyas familias tienen trabajos nocturnos. Este programa, que ofrece un espacio seguro para los menores durante los fines de semana, complementa perfectamente la visión de una ciudad inclusiva y segura, permitiendo que tanto adultos como niños puedan disfrutar plenamente de la vida nocturna. En este 2025, ambos programas representan un compromiso de la Administración Municipal por mejorar la calidad de vida de los manizaleños combinando el entretenimiento, la seguridad y el bienestar social en una estrategia integral para revitalizar la ciudad. 

Cuando la noche pasa factura

Aunque muchas veces se asocia la noche con el descanso, no todas las personas logran dormir con calidad. Para quienes laboran en la vida nocturna, la falta de sueño puede generar afectaciones en la salud mental y emocional.  

Según un estudio realizado por Medicina Legal de Costa Rica, el trabajo nocturno o con turnos rotativos altera el ciclo circadiano natural (el reloj biológico que regula el sueño y la vigilia), generando un desajuste entre el cuerpo y su entorno. Esta desincronización puede llevar a una menor duración y calidad del sueño, somnolencia durante las horas activas y, con el tiempo, a un estado de fatiga crónica que afecta el sistema nervioso, digestivo y circulatorio. 

“Cuando el sueño no es reparador, las funciones ejecutivas del cerebro se ven comprometidas. Esto puede generar impulsividad, errores en el juicio y problemas para planificar o tomar decisiones cotidianas” explica Ximena Montoya, psicóloga. Además, agrega que dormir mal reduce la capacidad de memorizar. Por eso, las prácticas de higiene del sueño como establecer rutinas estables, evitar cafeína y crear un ambiente adecuado para el descanso son claves para preservar la salud, incluso si se duerme en horarios no convencionales debido a turnos laborales nocturnos.

Empresas en sectores como la salud y el transporte alrededor del mundo han implementado programas de manejo de fatiga basados en estas prácticas, y han reportado una disminución en los errores laborales, accidentes y licencias médicas por agotamiento. Por ejemplo, en el sector del transporte, la empresa Fatigue Science, de Canadá, ha desarrollado el software Readi, que utiliza inteligencia artificial para predecir niveles de fatiga en conductores de camiones. Este sistema ha demostrado que los conductores con niveles de fatiga elevados tienen hasta 14 veces más probabilidades de experimentar microsueños y 8,5 veces más probabilidades de exceder los límites de velocidad, lo que incrementa significativamente el riesgo de accidentes.

Calles que no duermen del todo

Moverse por la ciudad en plena madrugada puede parecer una aventura solitaria, pero la movilidad nocturna en Manizales sigue activa, aunque con ciertas limitaciones. Entre las 10:00 p.m. y las 5:00 a.m., el transporte público colectivo (buses, busetas y microbuses) no presta servicio. Sin embargo, los taxis siguen operando, convirtiéndose en la principal opción para quienes necesitan desplazarse durante esas horas.   

A esto se suma una restricción importante: entre las 11:30 p.m. y las 5:00 a.m., no está permitido el tránsito de motocicletas, salvo para quienes cuenten con un permiso especial otorgado por la Secretaría de Movilidad. Este permiso nocturno se entrega a conductores que acrediten necesidad laboral u otras razones justificadas, lo que busca equilibrar la movilidad con la seguridad ciudadana. 

A pesar de esta cobertura restringida, hay zonas que mantienen algo de dinamismo vehicular. Según Arlex Quintero, jefe de unidad técnica de la Secretaría de Movilidad de Manizales, esta cuenta con un Centro de Gestión que permite monitorear en tiempo real algunos puntos clave de la ciudad, gracias a sensores y cámaras instalados en sectores específicos. “Aunque todavía no existe un mapeo completo del flujo nocturno en toda la ciudad, esta infraestructura permite hacer seguimientos puntuales y se proyecta una ampliación futura para conocer mejor cómo se mueve la ciudad cuando la mayoría duerme” resalta.  

Otro factor importante en las noches son los accidentes de tránsito. Según los datos suministrados por la Secretaría de Movilidad, en los últimos cinco años se presentan en promedio 128 siniestros viales cada año en horario nocturno. Las principales causas: desobedecer señales de tránsito, no mantener distancia entre vehículos y conducir sin precaución o con impericia. 

En este contexto, la conducción bajo los efectos del alcohol sigue siendo una de las conductas más peligrosas en las vías, y las sanciones por manejar en estado de embriaguez son cada vez más estrictas. Estas incluyen la inmovilización del vehículo, la suspensión de la licencia de conducción y multas que pueden superar los $40 millones, dependiendo del grado de alcohol en sangre y la reincidencia. De hecho, hasta el 11 de diciembre de 2024, se habían impuesto 199 sanciones por esta infracción, lo que resalta la constante vigilancia y el esfuerzo por reducir los riesgos asociados con esta conducta. 

Para prevenir estos riesgos, la secretaría realiza controles de alcoholemia y velocidad en puntos estratégicos como la avenida Santander, la carrera 22 y el sector de Chipre, especialmente los jueves, viernes y sábados entre las 10:00 p.m. y las 2:00 a.m., esto con el objetivo de garantizar que quienes conducen en tiempo nocturno lo hagan con responsabilidad y que la noche, aunque con menos luces, no se convierta en una trampa para el descuido.

La fuerza laboral de la noche

Más allá de luces tenues y música alta, la noche en Manizales también representa una fuente de ingresos, empleo y sostenibilidad para los negocios. Diferentes establecimientos clave de la economía local sostienen empleos y atraen consumidores que mantienen viva la ciudad en tiempo nocturno. Esta actividad no solo alimenta el entretenimiento, sino también las cifras del comercio formal y el sustento de miles de familias. 

La estructura económica que sostiene la vida nocturna en Manizales es amplia y representa un motor importante para la ciudad. Manuela Ramírez, gerente de la noche, señala que, de acuerdo con registros consolidados en el último censo de Asobares en 2021, existían en la ciudad 1.740 establecimientos vinculados a actividades como restaurantes, bares, gastrobares, cafeterías y cafés, todos clasificados bajo códigos CIIU específicos. De ese total, aproximadamente 900 locales cuentan con venta de licor y generan, en promedio, diez empleos cada uno, lo que revela el impacto directo que tiene la noche sobre el empleo y la economía local. Ramírez también destaca que los días de mayor actividad nocturna se concentran entre jueves y sábado, extendiéndose a los domingos en fines de semana con festivo, especialmente en sectores relacionados con el entretenimiento y la gastronomía.

Una ciudad que no duerme

Viaje al fin de la noche no es solo el título de la novela de Louis-Ferdinand Céline, sino una metáfora para entender lo que sucede en la ciudad cuando cae el sol. Manizales no duerme por completo: se mueve, trabaja, cuida y sueña. Bajo la luz tenue de los faroles y los pasos solitarios aparecen otros mundos que sostienen la vida urbana con una constancia silenciosa. 

La noche, lejos de ser solo sombra, es también escenario de posibilidades. Ahí se disputan la calma y el riesgo, el trabajo y el descanso, la fiesta y el deber. Cada actor, el conductor, el médico de turno, el vigilante, el policía, el cocinero de la olla nocturna representa una pieza vital del engranaje que mantiene en marcha la ciudad dormida. La noche no es un corte en el tiempo, es su prolongación distinta. Habitarla, entenderla y cuidarla es también una forma de reconocer que la ciudad sigue viva cuando creemos que todo ha cesado. 

Y aunque la percepción insista en pintarla con tintes de peligro, los datos, las voces y los rostros de quienes la viven demuestran que Manizales, incluso en la oscuridad, conserva su equilibrio y su latido.

 
Mariana Zapata Correa – Sophia Restrepo Hurtado – Lucas Cárdenas López – Mateo Uribe Osorio
 
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